La luna llena, al son del tambor

La primera Luna Llena de Tambores del año rendirá un homenaje a Los Beatles, una de las bandas más legendarias de la música de los últimos tiempos.

El primer encuentro Luna Llena de Tambores de este 2020 promete ser una noche mágica que, a la luz de la luna y el son de los tambores, ilusionará a miles de personas que se reunirán mañana sábado en el Parque Urracá, de 6:00 a 9:00 p.m.

Es la décima edición de un festival que celebra a Los Beatles, aunque tendrá otras actividades como la inclusión de un mercadito abierto desde las 4:00 p.m.

Este festival ha recibido el gran favor del público, que en algunos casos lo valora como un tesoro de actividades múltiples para compartir en familia y al aire libre.

El Lunario

Bajo el mismo espíritu de la Luna Llena de Tambores, se creó El Lunario. Un centro que promueve la cultura y la inclusión, y que está ubicado en la galera 215 de la Ciudad del Saber. Actualmente, ofrecen talleres para niños en diferentes ámbitos como la guitarra y el canto.

El origen

El cantautor y guitarrista Alfredo Hidrovo, fundador de Luna Llena de Tambores, explica que la idea surgió de la necesidad de reunir a músicos panameños en un mismo escenario delante de visitantes ocasionales.

Poco a poco, según se hacían las presentaciones, más personas fueron a escuchar a los artistas al aire libre, hasta que se originó uno de los festivales musicales más reconocidos y frescos del país. Se celebra el primer día de luna llena de cada mes, y esto explica su nombre.

Luna Llena de Tambores, según su fundador, replanteó la concepción de los espacios públicos como lugares masivos de entretenimiento. Más si son al aire libre.

“Después de 10 años, hemos avanzado en el uso de los espacios públicos para que la audiencia comparta entre sí y sepa cómo interactuar en un lugar de estas características, manteniéndolo limpio y compartiendo en familia”, detalla.

En cuánto a la naturaleza familiar del evento, Hidrovo dice que la música es un lenguaje universal que no tiene edades y que el tambor hace una conexión con la parte motriz de las personas y de su sincronía.

“Eso existe en todos nosotros. Con un niño, con un bebé o con otro miembro de tu familia, tocar un tambor es una actividad muy divertida que no requiere un conocimiento musical específico”.

Es un encuentro familiar y musical que refuerza una conexión necesaria para poner en paz nuestros pensamientos al ritmo de la percusión contemplando la luna.

FUENTE: https://www.prensa.com/impresa/vivir/la-luna-llena-al-son-del-tambor/

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